Queridos amigos,
Quiero desearos a
todos unas muy felices fiestas. Me gustaría invitaros a que viváis estos días en
el espíritu auténtico del niño humilde que nació en un establo de Belén y que
con sus enseñanzas cambió el mundo. Creo que es importante ver más allá de las
vacaciones y del materialismo de los regalos y las comilonas propias de la época,
para acordarnos de aquellos que son menos afortunados que nosotros.
Recuerdo que de
niño mi padre solía acudir al trabajo el día de Nochebuena para felicitar a los
que estando de guardia se veían privados de pasar la noche con sus familias. En
ese mismo espíritu quiero acordarme de todos aquellos que por cualquier motivo
van a pasar estas fiestas en soledad. Espero que no sea vuestro caso. Nadie debería
pasar la Nochebuena solo.
Dicho lo
anterior, quiero cambiar de tercio y rescatar a este blog de las disertaciones
emotivas de su autor. Aunque a veces no lo parezca, este blog pretende tratar
cuestiones filosóficas, económicas y políticas. Quiero en esta ocasión hablar
de productos financieros que yo llamaría alternativos. Son alternativos porque
se corresponden con servicios ya existentes, pero con la novedad de que puentean
o sustituyen al intermediario tradicional (normalmente un banco) haciendo énfasis
en el enlace entre el proveedor y el receptor del dinero.
Los bancos, tan
demonizados, no sin razón, han dejado de cumplir con su labor de proveedores de
servicios financieros. Por ejemplo, la provisión de créditos o la provisión de
capital para la formación de empresas (inversión). En otros casos como el
cambio de divisas y las transferencias internacionales, los precios
repercutidos al cliente son muchas veces abusivos gracias al oligopolio que
ostentan los bancos. Lógicamente la falta de crédito y de inversión está
afectando gravemente a la recuperación económica.
Para resolver
este tipo de problemas están surgiendo plataformas online que pretenden rellenar
el vacío dejado por la banca y los artificialmente bajos tipos de interés del
momento. Un ejemplo son las plataformas de préstamos entre particulares donde
los ahorradores obtienen un interés “razonable” y las personas solventes
obtienen un préstamo que un banco no les concede. La más popular en el Reino
Unido es Zopa (www.zopa.com), pero hay varias
más.
En el terreno de
la inversión y también al abrigo de internet ha surgido el fenómeno del
Crowdfunding (financiación por las masas), que consiste en lograr cantidades a
veces enormes de dinero a base de pequeñas contribuciones de mucha gente. Como
ejemplos citaría Indiegogo (www.indiegogo.com)
que permite financiar proyectos de todo tipo o vender productos cuya fabricación
se financia con la contribución de las campañas en la plataforma y Crowdcube (www.crowdcube.com) que permite hacerse
accionista de una empresa no cotizada cuando está empezando. Este segundo tipo
de inversión es muy arriesgada pero permite a los emprendedores financiarse a
base de compartir su éxito futuro y a los inversores financiar ideas con
contribuciones muy modestas (desde £10 en el caso de Crowdcube). En este tipo
de servicio también hay muchas más plataformas para elegir.
Por último quiero
mencionar el servicio de cambio de divisas TransferWise (www.transferwise.com). Cambiar dinero
entre monedas es algo que a los emigrantes nos afecta mucho y francamente los
precios exorbitantes de los bancos, no saber nunca de donde han sacado el
cambio aplicado y la aplicación de medidas absurdas contra el lavado de
capitales son temas todos muy irritantes. No creo que este servicio termine con
la idiotez de que salten alarmas porque transfieras 5000 Euros (cantidad que
sin duda es susceptible de provenir del tráfico de estupefacientes), pero en el
tema de los costes es de esas ideas geniales que no te explicas como no se le habían
ocurrido a nadie antes. Lo que hace TransferWise es simple. Fundamentalmente
evita cambiar monedas si no es estrictamente necesario. Para ello usa el dinero
de clientes que quieren transferir entre las mismas monedas para cerrar
transacciones. O sea, me da a mí los Euros de alguien que quiere transferir a
Libras y a ellos mis Libras que quiero convertir en Euros. Todo ello con el
cambio del día en los mercados internacionales de divisas. En realidad no todas
las transacciones pueden cerrarse de este modo, pero si una cantidad sustancial
lo cual abarata mucho el servicio.
Todas estas
iniciativas de servicios “per to per” (de cliente a cliente) y de “crowdfunding”
van más allá de la anécdota y están convirtiéndose en una tendencia o una filosofía.
Para los usuarios es algo fenomenal, para los monopolios y gobiernos no tanto. ¡Que se
fastidien! En vez de darle el dinero al banco para que lo invierta en lo que quiera
y se quede con los beneficios (o me haga a mí como contribuyente pagar las pérdidas)
prefiero invertirlo yo en lo que a mí me parezca. Al menos así tengo la
posibilidad de acertar y ganar un duro (o perderlo a gusto que para eso era mío).
Gracias por
leerme.
Juan Rodríguez