Hola a todos,
Acabo de regresar
de un viaje breve a España. Unas vacaciones muy necesarias que me han servido también
para observar y para pensar sobre la situación general con la ventaja que
ofrece estar sobre el terreno. Las conclusiones, naturalmente, no son nada científicas
puesto que se basan en la experiencia de una sola persona y son necesariamente
subjetivas. Pero son mis observaciones. Para mi son importantes y me gustaría compartirlas.
He encontrado un país
envuelto en una mezcla preocupante de resignación y pesimismo. La situación, no
cabe duda, es crítica a estas alturas. Los
efectos de la crisis no son cosa “de la prensa”. Afectan a personas concretas.
Conozco casos de primera mano de bajadas de sueldo, de desempleo, de negocios
agobiados por los impagos. Gente a la que le iba bien. Las subidas de impuestos
y de facturas también preocupan a la ciudadanía. Supongo que este panorama os
resulta familiar a muchos. Este ambiente de “sálvese quien pueda” está robando
las ilusiones de generaciones enteras y está dejando un sabor muy amargo en el
grupo de población, nuestros veteranos, que habían conseguido sacar a España
del ostracismo y convertirla en un país moderno.
Durante el viaje
tuve la dolorosa experiencia de pasar delante de auténticos monumentos al
despilfarro de los años de vacas gordas. Ver el aeropuerto de Castellón
nuevecito y sin actividad explica muchas cosas. Aun así puede considerarse una inversión
equivocada, como tantas. Algo potencialmente útil que no ha tenido éxito. Soy
partidario de que se subaste con precio de salida de 1 Euro, con la única condición
de que se implemente un plan de negocio privado por parte del comprador.
Siguiendo mi viaje pude contemplar una serie de gastos de mucha menor justificación.
Me refiero a una serie de estatuas horrorosas y totalmente innecesarias en una autovía.
Gastos exuberantes de nuevo rico sin gusto artístico. De aquellos gastos vienen
estos lodos.
Me preocupó
especialmente el ambiente que hay de “llorar sobre la leche derramada”
(ejemplos como los anteriores) sin demasiado ánimo de aprender lecciones útiles
para el futuro. Esa tendencia a la busca estéril de culpables remplaza a la
busca fructífera de conclusiones. Una vez encontrado el problema (los políticos)
es como si ya está todo hecho. Indudablemente la política es un problema serio
en España. La cuestión es qué vamos a hacer al respecto los españoles.
Por último quiero
resaltar mi impresión de que muchísima gente está esperando que algo
apocalíptico suceda en el futuro próximo. He detectado ese miedo, que en combinación
mortífera con la resignación y la búsqueda inútil de culpables, puede hacer
mucho daño. Los dirigentes del país están paralizados por el miedo. No saben
que hacer. Buscan soluciones que en realidad ahondan en el problema. Dar
liquidez a las comunidades autónomas o que el BCE nos compre los bonos basura
que a estas alturas emitimos no soluciona nada. Son un parche. Son una extensión
para que los mismos errores se sigan cometiendo.
Señor Rajoy, por
favor, empiece a recortar de donde hay que recortar. Empiece por todos los
organismos inútiles que padecemos: Senado, Diputaciones provinciales, Embajadas
autonómicas en el extranjero, muchos ayuntamientos, televisiones autonómicas,
fundaciones, muchas empresas públicas, etc, etc, etc. Quizás con ello no
necesite subir el IVA. Yo personalmente prefiero que el médico que me atiende y
el maestro que enseña a mis hijos estén pensando en su labor y no en la paga
extra o la congelación del sueldo. Si usted no sabe que hacer, tendremos que
dar paso a un gobierno de técnicos que sin compromisos con los amigos colocados
ni presión para engañar al ciudadano en las próximas elecciones, haga lo que
hay que hacer.
Gracias por
leerme,
Juan Rodríguez