Sunday 29 July 2012

España sobre el terreno.


Hola a todos,

Acabo de regresar de un viaje breve a España. Unas vacaciones muy necesarias que me han servido también para observar y para pensar sobre la situación general con la ventaja que ofrece estar sobre el terreno. Las conclusiones, naturalmente, no son nada científicas puesto que se basan en la experiencia de una sola persona y son necesariamente subjetivas. Pero son mis observaciones. Para mi son importantes y me gustaría compartirlas.

 He encontrado un país envuelto en una mezcla preocupante de resignación y pesimismo. La situación, no cabe duda, es crítica a estas alturas.  Los efectos de la crisis no son cosa “de la prensa”. Afectan a personas concretas. Conozco casos de primera mano de bajadas de sueldo, de desempleo, de negocios agobiados por los impagos. Gente a la que le iba bien. Las subidas de impuestos y de facturas también preocupan a la ciudadanía. Supongo que este panorama os resulta familiar a muchos. Este ambiente de “sálvese quien pueda” está robando las ilusiones de generaciones enteras y está dejando un sabor muy amargo en el grupo de población, nuestros veteranos, que habían conseguido sacar a España del ostracismo y convertirla en un país moderno.

Durante el viaje tuve la dolorosa experiencia de pasar delante de auténticos monumentos al despilfarro de los años de vacas gordas. Ver el aeropuerto de Castellón nuevecito y sin actividad explica muchas cosas. Aun así puede considerarse una inversión equivocada, como tantas. Algo potencialmente útil que no ha tenido éxito. Soy partidario de que se subaste con precio de salida de 1 Euro, con la única condición de que se implemente un plan de negocio privado por parte del comprador. Siguiendo mi viaje pude contemplar una serie de gastos de mucha menor justificación. Me refiero a una serie de estatuas horrorosas y totalmente innecesarias en una autovía. Gastos exuberantes de nuevo rico sin gusto artístico. De aquellos gastos vienen estos lodos.

Me preocupó especialmente el ambiente que hay de “llorar sobre la leche derramada” (ejemplos como los anteriores) sin demasiado ánimo de aprender lecciones útiles para el futuro. Esa tendencia a la busca estéril de culpables remplaza a la busca fructífera de conclusiones. Una vez encontrado el problema (los políticos) es como si ya está todo hecho. Indudablemente la política es un problema serio en España. La cuestión es qué vamos a hacer al respecto los españoles.

Por último quiero resaltar mi impresión de que muchísima gente está esperando que algo apocalíptico suceda en el futuro próximo. He detectado ese miedo, que en combinación mortífera con la resignación y la búsqueda inútil de culpables, puede hacer mucho daño. Los dirigentes del país están paralizados por el miedo. No saben que hacer. Buscan soluciones que en realidad ahondan en el problema. Dar liquidez a las comunidades autónomas o que el BCE nos compre los bonos basura que a estas alturas emitimos no soluciona nada. Son un parche. Son una extensión para que los mismos errores se sigan cometiendo.

Señor Rajoy, por favor, empiece a recortar de donde hay que recortar. Empiece por todos los organismos inútiles que padecemos: Senado, Diputaciones provinciales, Embajadas autonómicas en el extranjero, muchos ayuntamientos, televisiones autonómicas, fundaciones, muchas empresas públicas, etc, etc, etc. Quizás con ello no necesite subir el IVA. Yo personalmente prefiero que el médico que me atiende y el maestro que enseña a mis hijos estén pensando en su labor y no en la paga extra o la congelación del sueldo. Si usted no sabe que hacer, tendremos que dar paso a un gobierno de técnicos que sin compromisos con los amigos colocados ni presión para engañar al ciudadano en las próximas elecciones, haga lo que hay que hacer.


Gracias por leerme,




Juan Rodríguez

Saturday 14 July 2012

Lo importante es la familia...


Hola a todos,

A esta frase, acuñada seguramente por algún padrino de la mafia, yo añadiría “y los amigos Don Corleone, y los amigos”.


Viene esto a cuento porque recientemente he tenido numerosas muestras de afecto de buenos amigos que con ello me demuestran que les importo. Uno de ellos tuvo la gentileza de llevarme a Wimbledon con él. Gracias. Otro tuvo la gentileza de ponerme en contacto con alguien con quien ir a Wimbledon otro día. También gracias. El primero, a su vez, me proporcionó un par de entradas para ir a… si, ¡lo habéis adivinado! Al famoso torneo de tenis. Me pareció excesivo ir tres veces (sin tener entradas una semana antes) y decidí hacer feliz a otro amigo y a su esposa que tenían ambos la ilusión de ir. Al final la generosidad es una bendición para el que la recibe, y también para el que la ejerce.


Tengo más amigos. Tampoco demasiados. Uno de ellos me recuerda a menudo que me debe una comida. No recuerdo porqué, pero tampoco es cosa de decirlo. Sé que la comida será excelente pero peor que la conversación. Al final el problema es la falta de tiempo. Suelo quedar con otros dos amigos cuando voy por Madrid. Normalmente a comer. Lo que sea, que a mi el menú del día, viviendo en Inglaterra, me sabe a gloria bendita.


Seguramente os preguntaréis qué tiene esto que ver con la actualidad, con la política y con la economía. Pues muchísimo. Las familias y la red de amistades están ahora mismo siendo el soporte de las personas a las que está azotando la crisis económica. Bueno, la crisis y los gobernantes que tenemos, que han tomado el camino fácil de subir los impuestos cuando lo inmediato debería ser que se bajasen del coche oficial, de las pensiones de oro y de las pagas vitalicias. Todas estas medidas afectan a personas con nombre y apellidos. Son las caras de las víctimas inocentes de la crisis económica.


Yo le tomo el pulso a la crisis a través de familia y amigos. A muchos de ellos les va bien y me alegro. A mí mismo no me va mal. Intento ayudar a los afectados. Aportando ideas, mandando ese CV a otro amigo que busca empleados, conectando a la gente que conozco… Tenemos que ser generosos. Tenemos que acordarnos de los menos afortunados. Como decía anteriormente, la generosidad también es un regalo para el que la ejerce. También a través de amigos me han llegado currículums de personas buscando trabajo. Algunos de ellos impresionantes. Me entristece que mi país se permita el lujo de “prescindir” de personas tan preparadas y con tanta experiencia.


De Mariano y sus secuaces hablaremos otro día. No sé muy bien porque hay gente que piensa que soy partidario del señor Rajoy. Gente que me conoce. Quizás porque no soy un fan de Zapatero. Como si estar en contra de dos personajes tan siniestros simultáneamente fuese algo extraordinario. Debe ser una conclusión basada en “o estás conmigo o estás contra mi”. Que quede claro, yo estoy contra los dos. En el fondo yo no he notado ningún cambio sustancial de política desde el advenimiento del PP.


Gracias por leerme,


Juan Rodríguez

Sunday 1 July 2012

Cleptocapitalismo, referéndums y otras hierbas.


Hola a todos,

Esta semana ha salido a la luz el escándalo de la manipulación de los índices de tipos de interés interbancario por parte de los grandes bancos británicos. Se sabe que Barclays está involucrado y se sospecha que otros bancos del país (HSBC, Lloyds) también lo están. La sombra de la duda se extiende también a otros grandes bancos internacionales. Barclays también ha sido multado por la venta de productos derivados a empresas destinados a “proteger” a sus clientes de subidas de tipos de interés. Lo que no se contaba a los clientes es que el producto conllevaba importantes pérdidas económicas si los tipos de interés bajaban. En algunos casos estos productos eran “obligatorios” para la concesión del crédito y hay muchos ejemplos en los que empresas pequeñas y medianas han quebrado como causa directa de estos productos.

Digamos que Barclays (y naturalmente su director gerente Bob Diamond) no han tenido una buena semana. Imagino que muchas voces de la prensa y de organizaciones anti todo echarán la culpa al capitalismo. El problema es que el capitalismo (parafraseando a nuestro admirado Churchill) es el peor sistema económico si se excluyen todos los demás. El problema no es el capitalismo. El problema es el cleptocapitalismo. Ese sistema en el que políticos, grandes empresas, sectores de la prensa, bancos centrales y a menudo jueces se sientan en una mesa y deciden meternos la mano en la cartera a los ciudadanos. Un sistema bancario donde los bancos no pueden quebrar no es capitalista. Un sistema judicial que no castiga la corrupción de unos gestores de entidades financieras que han arruinado a quizás un par de generaciones no es democrático.

¡Qué tiempos aquellos en que los bancos eran empresas aburridas donde el director de sucursal concedía créditos en base a criterios comerciales! Si, también basándose en el conocimiento personal de mucho tiempo. Incluso en la amistad. En cualquier cosa que indicaba la buena disposición de alguien a pagar sus deudas. Corrupción siempre la ha habido, pero eso no excusa el que todos exijamos unas reglas del juego justas, transparentes y vigiladas, con castigos a los que cometen delitos.

En el panorama político británico, David Cameron ha abierto la puerta a un referéndum sobre la relación del Reino Unido con Europa. El anuncio es significativo porque el particular es tema permanente de polémica. En cualquier caso la consulta no puede ser inminente. El ministro de asuntos exteriores William Hague acaba de decir que un posible referéndum no puede tener lugar hasta que se resuelva la crisis de deuda y hasta que esté más claro si la UE camina hacia una mayor integración fiscal y política. A mi todo esto me suena a maniobra de distracción. El tema levanta pasiones y es por tanto ideal para manipular la atención de la opinión pública. La consulta no es posible como poco hasta dentro de varios años y además la cosa se complica con otro referéndum, el de independencia para Escocia, que afecta directamente al estado actual de soberanía del país. Tendría gracia que en un margen corto de tiempo el país se integrase más en Europa y a la vez se rompiese en dos. Por cierto, es extraño que nuestros nacionalistas no mencionen más a menudo el ejemplo escocés.

En el capítulo de “otras hierbas” estaba tentado de comentar las últimas decisiones europeas sobre la crisis de deuda. No voy a malgastar mi tiempo ni el vuestro comentando el penúltimo enjuague que va a proporcionar una solución final a la crisis. No hay solución final milagrosa a la crisis. Va a ser un proceso largo y doloroso que no puede tener lugar hasta que los estados gasten menos de lo que ingresan.

Gracias por leerme,



Juan Rodríguez