Estimados amigos,
Me disculpo por
haberme ausentado de mi blog durante tanto tiempo. Comprobaréis de lo que sigue
que he estado ocupado en muchos frentes. Espero que las experiencias personales
que siguen sirvan para estimular la reflexión. Son experiencias que a mí me han
enseñado mucho.
En lo familiar
hemos celebrado la boda de mi hija y posteriormente se nos ha ido una persona
muy querida. Son las dos caras de la moneda de la vida. Afortunadamente ambos
acontecimientos no coincidieron en el tiempo y ambos fueron vividos con la emoción
y solemnidad que merecen.
La boda me ha
enseñado a disfrutar de la vida y a disfrutar de esos momentos únicos que
sirven para congregar a las personas más importantes en nuestras vidas. He
aprendido que la gente nos quiere a veces más de lo que nos pensamos, he aprendido
a relajarme y dejar que las cosas transcurran con naturalidad y he aprendido a
dejar que mis emociones se manifiesten. Todo salió perfecto. Que haga buen
tiempo en Escocia, aun en Agosto, es más de lo que razonablemente se puede
esperar. Una buena señal, presagio de felicidad para la feliz pareja. Es un día
que recordaré por el resto de mi vida.
El familiar que
nos ha dejado, afortunadamente, tenía una edad que nos hacía pensar a todos que
lo inevitable podía suceder en cualquier momento. Digo afortunadamente porque
no hay cosa peor que la muerte cuando llega en un orden no natural. En todo caso
lo inevitable no hace la pérdida menos dolorosa. Los que nos abandonan dejan un
vacío que sólo podemos intentar rellenar a base de recuerdos. La lección que
saco de este acontecimiento es que estamos en esta vida de paso, que solo
dejamos el recuerdo y que por tanto debemos dedicarnos a causas que dejen algo
nuestro en el mundo. Tomo prestadas palabras del Dalai Lama: “la mayoría de los
hombres viven como si nunca fuesen a morir y luego mueren como si nunca
hubiesen vivido”. La persona que nos ha dejado ni
vivió ni murió así. Descanse en paz.
En lo profesional
el verano no ha sido menos intenso. La empresa para la que trabajo, una empresa
todavía en su infancia y por tanto todavía modesta, ha logrado pasar a la
siguiente fase (casi definitiva) para la adjudicación de un proyecto enorme del
gobierno británico. Reconozco que mis esperanzas de éxito eran limitadas lo
cual ha hecho el acontecimiento todavía más alegre. Me alegro por la parte que
me toca pero aún más por el éxito que representa para el equipo técnico en
general y para la persona que capitanea al equipo en particular. Ganar a
empresas con personal y recursos que te superan en varios órdenes de magnitud
es una gozada.
Lecciones de la
experiencia, pues todas las del mundo y
alguna más. Que si se trabaja con dedicación, determinación e inteligencia se
pueden lograr grandes cosas. Que dándose por vencido no se llega a ninguna
parte. Que es posible crear riqueza y empleo partiendo de muy poco. El día de
la celebración comentábamos el éxito en términos empresariales y nos acordábamos
de España, de lo difícil que es hacer negocios allí y de lo imposible que sería
lograr un éxito similar con nuestras administraciones. Y con esto dejo mis
temas personales aparcados para volver a la actualidad política y económica en
mi próxima entrada del blog.
Baste decir de
momento que el espectáculo de Cameron y Obama con Siria está siendo lamentable y
que las esperanzas de que la crisis “se resuelva sola” serán recompensadas por la realidad como se merecen. Hasta
pronto.
Gracias por
leerme.
Juan Rodríguez