Friday 13 September 2013

Un verano intenso.

Estimados amigos,

Me disculpo por haberme ausentado de mi blog durante tanto tiempo. Comprobaréis de lo que sigue que he estado ocupado en muchos frentes. Espero que las experiencias personales que siguen sirvan para estimular la reflexión. Son experiencias que a mí me han enseñado mucho.

En lo familiar hemos celebrado la boda de mi hija y posteriormente se nos ha ido una persona muy querida. Son las dos caras de la moneda de la vida. Afortunadamente ambos acontecimientos no coincidieron en el tiempo y ambos fueron vividos con la emoción y solemnidad que merecen.

La boda me ha enseñado a disfrutar de la vida y a disfrutar de esos momentos únicos que sirven para congregar a las personas más importantes en nuestras vidas. He aprendido que la gente nos quiere a veces más de lo que nos pensamos, he aprendido a relajarme y dejar que las cosas transcurran con naturalidad y he aprendido a dejar que mis emociones se manifiesten. Todo salió perfecto. Que haga buen tiempo en Escocia, aun en Agosto, es más de lo que razonablemente se puede esperar. Una buena señal, presagio de felicidad para la feliz pareja. Es un día que recordaré por el resto de mi vida.

El familiar que nos ha dejado, afortunadamente, tenía una edad que nos hacía pensar a todos que lo inevitable podía suceder en cualquier momento. Digo afortunadamente porque no hay cosa peor que la muerte cuando llega en un orden no natural. En todo caso lo inevitable no hace la pérdida menos dolorosa. Los que nos abandonan dejan un vacío que sólo podemos intentar rellenar a base de recuerdos. La lección que saco de este acontecimiento es que estamos en esta vida de paso, que solo dejamos el recuerdo y que por tanto debemos dedicarnos a causas que dejen algo nuestro en el mundo. Tomo prestadas palabras del Dalai Lama: “la mayoría de los hombres viven como si nunca fuesen a morir y luego mueren como si nunca hubiesen vivido”. La persona que nos ha dejado ni vivió ni murió así. Descanse en paz.

En lo profesional el verano no ha sido menos intenso. La empresa para la que trabajo, una empresa todavía en su infancia y por tanto todavía modesta, ha logrado pasar a la siguiente fase (casi definitiva) para la adjudicación de un proyecto enorme del gobierno británico. Reconozco que mis esperanzas de éxito eran limitadas lo cual ha hecho el acontecimiento todavía más alegre. Me alegro por la parte que me toca pero aún más por el éxito que representa para el equipo técnico en general y para la persona que capitanea al equipo en particular. Ganar a empresas con personal y recursos que te superan en varios órdenes de magnitud es una gozada.

Lecciones de la experiencia,  pues todas las del mundo y alguna más. Que si se trabaja con dedicación, determinación e inteligencia se pueden lograr grandes cosas. Que dándose por vencido no se llega a ninguna parte. Que es posible crear riqueza y empleo partiendo de muy poco. El día de la celebración comentábamos el éxito en términos empresariales y nos acordábamos de España, de lo difícil que es hacer negocios allí y de lo imposible que sería lograr un éxito similar con nuestras administraciones. Y con esto dejo mis temas personales aparcados para volver a la actualidad política y económica en mi próxima entrada del blog.

Baste decir de momento que el espectáculo de Cameron y Obama con Siria está siendo lamentable y que las esperanzas de que la crisis “se resuelva sola” serán recompensadas  por la realidad como se merecen. Hasta pronto.


Gracias por leerme.



Juan Rodríguez