Monday 27 August 2012

Tres reflexiones veraniegas más.


Hola a todos,

He vuelto recientemente de unas vacaciones muy agradables en Budapest (Hungría). Las vacaciones son una ocasión única para reflexionar y fijarse en esos detalles que nuestras ocupaciones cotidianas no nos dejan ver. Traigo en esta entrada del blog tres cosas que contar. Espero que sean de interés.

La primera  fue algo casual. En una visita a la sinagoga con jardín y museo de Budapest, en una placa en agradecimiento a las personas que ayudaron a judíos de la ciudad a salvarse del holocausto, vi que el segundo nombre de la lista era el de Ángel Sanz Briz. La curiosidad me hizo investigar quien era esta persona y el motivo por el que figuraba en lugar tan destacado en la placa. Al parecer el Sr Sanz Briz fue un diplomático español destinado en Hungría en la época de la segunda guerra mundial. En un principio utilizó una ley del General Primo de Rivera (de 1924) para otorgar pasaportes españoles a judíos de origen sefardita, expulsados de España por los Reyes Católicos en 1492. Posteriormente hizo una interpretación “muy generosa” de la ley para dar papeles a judíos con familiares en España y ya posteriormente proporcionó pasaportes de forma más indiscriminada. Utilizó sus influencias en la ciudad para estos fines e incluso alquiló edificios con dinero de la embajada que se usaban como refugio. Se cree que Don Ángel Sanz salvó la vida de unas 5000 personas y que fue quien informó al régimen de Franco sobre la existencia del holocausto. Se sabe que sus actuaciones, al borde de la legalidad, eran conocidas por el gobierno español, que no llegó a autorizarlas oficialmente, pero tampoco hizo nada para entorpecerlas.

Hollywood se fijó en la figura de Oskar Schindler para inmortalizar su historia en vez de la de otras personas como nuestro compatriota. Se cree que Schindler salvó la vida de unas 1000 personas. Claro, que también podrían haberse fijado en Raoul Wallenberg, diplomático sueco al que se le atribuye haber salvado la vida de más de 40000 judíos, también en Hungría. Wallenberg es, por razones obvias, el primer nombre en la placa que he mencionado anteriormente. Por fortuna la historia de Sanz Briz si que mereció la atención de Televisión Española que utilizó el apodo del protagonista para titular su película “El Ángel de Budapest”.

El segundo tema del que quiero hablar es el del supuesto éxito de los Juegos Olímpicos de Londres que acaban de celebrarse. Aquí en Inglaterra, a nivel popular y de medios de comunicación los Juegos se consideran un éxito rotundo. Es uno de esos casos de unanimidad que a mi me dan tanto miedo. Por eso me llamó también la atención leer un artículo crítico al respecto. La autora deja caer el pequeño detalle de que el presupuesto original de los Juegos se ha como mínimo cuadruplicado de los originales dos mil millones de libras hasta estimaciones conservadoras de unos nueve mil. Otro detalle para comparar es que los anteriores Juegos Olímpicos celebrados en el Reino Unido (1948) costaron unas setecientas cincuenta mil libras de la época. Ajustando con la inflación, esa cantidad se corresponde a veintitrés millones de libras de hoy. En fin, se puede argumentar que hay mas deportes, estándares más altos, etcétera; pero aun así el derroche de fondos públicos en un país que esta sumido en una crisis de deuda que estallará algún día es difícil de justificar. Pero como en el caso de los espectáculos de gladiadores de la época romana, nadie quiere llevar la contraria al satisfecho pueblo soberano. Pan y circo. En este caso más circo que pan.

Lo cual nos lleva a la tercera reflexión. En este caso predicción. Muy a tono del mes de Septiembre que ya nos amenaza. España va a necesitar un rescate a gran escala en el corto o medio plazo (máximo un par de años). Al mismo tiempo, la predicción hecha en este blog de que Grecia tendría que abandonar el Euro va tomando cuerpo. Si estáis todavía de vacaciones, disfrutadlas. Si no, bienvenidos a la dura realidad. Se avecina un trimestre interesante. Por cierto, cuando digo rescate me refiero también a enjuagues varios que son un rescate pero se bautizan con otros nombres más tolerables para la opinión pública.

Gracias por leerme,


Juan Rodríguez

Wednesday 8 August 2012

Nacionalismo, olimpiadas y otros temas ligeros.


Pido consejo a un amigo sobre un tema para tratar en este blog. Me sugiere las últimas acciones y declaraciones de los nacionalistas catalanes al respecto de la crisis de deuda. Agradezco la sugerencia pero me resisto. El asunto me recuerda (‘me retrotrae a’ que diría un cursi) los primeros viajes a España recién emigrado. Hace mucho tiempo. Las aerolíneas todavía te daban el periódico, no digo más. Solía escoger el ABC porque su formato reducido me permitía volar sin necesidad de dar codazos a mi vecino de asiento. Invariablemente la portada era de temática nacionalista (que ya es mala suerte) con apariciones estelares de Javier Arzalluz, de alguno de Herri Batasuna, o de ambos. Mi reflexión al respecto (aparte de “empezamos bien”) era siempre la misma: ¿es que no tenemos nada más productivo de lo que preocuparnos? No sé, quizás cosas como la industria y el comercio. Es lo que había, es lo que hay.

De aquellos errores constitucionales para satisfacer los sentimientos de las naciones históricas vienen estos despilfarros autonómicos de las regiones históricas, de las no históricas y de las medio pensionistas. El café para todos. Se empiezan haciendo distinciones y luego se termina igualando a todos, se hace una excepción pero al final se da a todos más o menos lo mismo. Todo ello en una espiral de gasto creciente. ¡Será por dinero! Lo malo es que por más que se hable de desmantelar el sistema autonómico como la solución a nuestros problemas financieros, esa opción, a estas alturas, se me antoja imposible. No creo que algo tan sustancial sea fácilmente reversible.

Cambio de tercio habiendo satisfecho en parte (involuntariamente) la sugerencia de mi buen amigo para comentar un tema sutil y a la vez intrascendente y veraniego. Tras la borrachera de nacionalismo Español fruto de los éxitos futbolísticos, la actuación en los Juegos Olímpicos está dejando mucho que desear. Aquí en Inglaterra, como es normal, no se habla de otra cosa. La explosión de nacionalismo Británico a lomos de los éxitos deportivos prolonga el baño de patriotismo que acompañó al 50 aniversario de la coronación de la Reina Isabel II. Bien, el caso es que en la tele, lógicamente, se fijan en sus atletas. Normal. Aun así, en los eventos más adecuados (por ejemplo atletismo) intento buscar a los españoles. Y no los encuentro. Me entristezco. Por fin encuentro a uno. ¡Vaya por Dios! Se llama Kevin. Queda de los últimos. ¡Qué tendrá de malo llamarse Manolo, Paco o Antonio! A ver si en la maratón femenina hay más suerte. Pues no. Animo a una portuguesa y a una peruana, que son de países que me caen bien. Tampoco quedan bien.

Podría dejar ahí mi comentario. Adecuado para el mes de Agosto cuando la siesta alcanza lo más alto en la lista de prioridades. Cuando uno no recibe llamadas a esa hora sagrada. “No estoy para nadie. Me despertáis solamente si la prima de riesgo sube por encima de 700, mejor, por encima de 1000”. Bien, el caso es que yo no puedo dejar de mirar las cosas en serio. Y entonces me pregunto… Si la mayoría de deportes olímpicos no proporcionan una enorme recompensa económica y sin embargo requieren dedicación y esfuerzo, ¿no será este tema deportivo una señal más de una sociedad en la que hemos olvidado el valor del trabajo, la disciplina y valores similares?

Lo dejo sobre la mesa. Seguramente sea simplemente un tema de dinero. Hay un debate interesante por aquí al respecto. Incluso se han puesto cifras a lo que cuesta una medalla de oro. O sea, que es una cuestión de inversión en el deporte. No lo sé. Quizás debiésemos convertir los aeropuertos no utilizados en gimnasios. ¡Será por dinero! Debates similares pueden aplicarse al I+D y a otros campos. ¿Es el éxito simplemente una cuestión de dinero? Yo creo que no solamente de dinero. También esta la materia prima, la cultura y la tradición. Los intangibles.

Y así os voy dejando, con una columna ligera que no generará muchos comentarios. Tampoco en Agosto la gente comenta demasiado. ¿O si?

Nadal, ¡cúrate pronto!

Gracias por leerme,




Juan Rodríguez